De la música y sus beneficios

Hay  música al compás de un tierno abrazo o en el vals del viento con las hojas secas de los árboles. Su sinfonía acaricia el oído de todos mientras convida a un majestuoso concierto. Y es que precisamente el fin de este arte es suscitar una  experiencia estética en el oyente, y expresar sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas.

 
Pero cuando se habla de este tema es difícil pasar por alto los variados géneros y con ellos la diversidad de gustos que existen. De ahí que una melodía puede suscitar las más estremecedoras sensaciones en unos y resulta aburrida o desagradable para otros. Y es que la música es un estímulo que afecta el campo perceptivo del individuo, de modo que  el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones como entretenimiento, comunicación, ambientación, etc.
Sin embargo, aunque existen varios estudios sobre el tema no todos conocen los beneficios o efectos de esta para el ser humano. Por eso algunos ignoran que según algunos estudiosos la música puede contribuir a la recuperación tras un trasplante ya que reduce  la ansiedad, el dolor y las nauseas; además muchos aseguran que la música clásica es capaz de reducir el estrés o favorecer el crecimiento de las plantas.

Otros investigadores aseguran que como esta es como un gimnasio para el cerebro, ya que aumenta la comunicación neuronal, la elasticidad y la plasticidad del órgano. Las melodías suaves y a buen volumen disminuyen la presión arterial y las respuestas de miedo y aunque algunos lo duden, el cerebro puede percibir detalladamente ondas musicales, al tiempo que realiza cualquier otra actividad, sin dificultades.

Fomentar el desarrollo del cerebro de los niños, contribuir al aprendizaje de idiomas, estimular la frecuencia cardíaca en el feto y la producción de endorfinas en la madre, son otros de sus características. No obstante, a pesar de todo esto, es importante recordar que como dice el refrán popular “para gustos los colores”, por lo que cada cual debe escuchar la música que prefiere sin perturbar la tranquilidad ajena ya que escuchar escuchar ritmos que no son del agrado de las personas por un largo tiempo, activa las hormonas que generan el estrés.