viernes, 27 de febrero de 2015

Belleza: ¿delgada o sobrepeso?



Maritza llega del trabajo y corre hasta el baño. Se quita las chancletas. Sube a la pesa y…. ¡no! ha aumentado dos kilos. Con eso basta para que su autoestima ande por el suelo el resto de la semana.
Y es que como Maritza muchas mujeres hoy luchan por tener un peso corporal que cumpla, o al menos se asemeje, al instaurado por los patrones de la moda internacional. Por eso no es de extrañar que sueñen con tener busto exuberante, cintura extremadamente estrecha y glúteos pronunciados. 
 
En Cuba este tema es un poco controversial, pues a diferencia de algunos países donde las mujeres delgadas están de moda, aquí muchos cuestionan las tallas pequeñas y siempre hay alguien que dice alarmado:” ¡Ay, niña pero que flaca te has puesto!
No obstante, últimamente han adquirido mucha popularidad los gimnasios para las féminas, fenómeno que antes se daba a menor escala. Sin embargo, hay quienes acuden a otros métodos cuando los ejercicios no surten el efecto esperado, sí porque a veces soñamos adquirir con los ejercicios, el cuerpo de Selena o Jennifer López.
Por eso hoy muchas prefieren usar otra técnica que aunque parece novedosa, fue incluso el tema de una canción de antaño. Como la engañadora descrita por la Orquesta Aragón, hay quienes usan los llamados “blumer con nalgas” para exhibir ese anhelado cuerpo de revista.
Los recursos para estar en la “línea” son variadas y pasan por el gusto de cada cual. Aunque no es delito recurrir a dichos medios para lucir hermosas, lo peligroso es convertir esas aspiraciones en un requisito social, a tal punto que quienes como Maritza tienen ciertas libras de más sufran las consecuencias de la humillación o el desprecio.
No es menos cierto que como dijera el Dr. Raúl Pérez González, especialista del Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos, "en los últimos 20 años ha existido un incremento de la obesidad y el sobrepeso en Cuba, lo que tiene una incidencia directa en los decesos por enfermedades cardiovasculares,  cerebrovasculares,  neoplasias malignas, entre otras”. 
Sin embargo, la talla no debe convertirse en medidor de belleza  o aceptación. Más allá de tener sobrepeso o estar delgada, ser alta o bajita, el verdadero atractivo no se divisa a simple vista, porque hay que buscarlo con el corazón.





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