martes, 9 de agosto de 2016

Pintar una playa más limpia













Llegan las fechas en que el insistente retozo del sol en la arena adornada de colores, marca el inicio de una fiesta de alegría, una fiesta que durante dos meses convierte la playa en oasis de descanso y recreo. Pero, ¡qué gris se torna el reposo ante la imagen triste de un litoral descuidado!

Sin embargo, no es difícil encontrar en muchos de estos sitios recreativos envases de refresco o cerveza, semillas, cáscaras de mamoncillo, papeles y otros desechos que no solo empobrecen el entorno, sino además agreden el ecosistema costero.

Conscientes de ello, un grupo de ambientalistas bajo el nombre Por una playa más limpia, de corazón a corazón, basura al cesto, encuentran en cada verano la oportunidad de educar a los bañistas sobre el tema y sumarlos a la tarea de proteger el Medio Ambiente.

DE CORAZÓN A CORAZÓN

“Comenzamos en el año 2011 como parte de la jornada Por una playa más limpia convocada por el Centro de Servicios Ambientales de Matanzas. Luego, en 2014, realizamos un auto diagnóstico socio ambiental junto al Proyecto Sociocultural Infantil Trencito de la Alegría y la Red de educadores y educadoras populares en la ciudad, en articulación con el Consejo Popular Playa”, cuenta Magalys Menéndez Peñate, una de las coordinadoras de la Red.

 
“A partir de entonces elaboramos el diseño e implementación de un programa socio ambiental cultural comunitario de ordenamiento, educación, recreación, comunicación y articulación de actores para el saneamiento ambiental de las playas de Matanzas, con la experiencia piloto de la del Bahía”, agrega.

Este grupo constató que dicho sitio natural, entre los más frecuentados durante la época estival, es víctima de la baja sensibilidad, descuido e irresponsabilidad, en contraste con el elevado índice de consumo que caracteriza el período.

 
Miguel Ángel Castillo Muñoz, quien junto a otros muchachos del barrio extrae los desechos del interior de la playa alerta: “Antes era pescador submarino y cuando surgió la idea de limpiar la playa me interesó mucho porque es sorprendente la disminución de las especies en esta zona debido a la contaminación”.

En correspondencia con esto el análisis realizado demostró que al escaso número de cestos y sombrillas, ausencia de escaleras para acceder al agua, presencia de perros, se suma la baja educación socioambiental, insuficiente estabilidad del cuerpo de inspección, falta de intervención entre actores sensibles al problema, ausencia de carteles y mensajes para la protección del Medio Ambiente, así como la carencia de espacios educativos participativos de preparación para la etapa.

 
 “Creamos incluso un programa de gestión para este sitio que incluye un proyecto de zonificación funcional del área costera con áreas de parqueo, reposo y juegos, facilidades de acceso hacia la zona de baño, montaje de carpa y área educativa, reforestación, etc.”, señala Menéndez Peñate.

BASURA AL CESTO

Mirleivys Piloto Alejo, coordinadora del Proyecto Trencito de la Alegría reconoce cuánto les reconforta ver la participación masiva de la comunidad en esta actividad que se ha sistematizado y es muy provechosa para niños y adultos, en los cuales se ha potenciado la necesidad de cuidar y amar la Naturaleza”.

 

Como la contagiosa melodía del flaustista de Hamelín, la iniciativa suma al importante Proyecto de Béisbol Infantil Comunitario Los Cometas y el de corte sociocultural Corcel de Esperanza, además del grupo Costatenas, (Facultad de Ciencias Técnicas de la Universidad de Matanzas), Pronaturaleza, la Oficina del Conservador de la Ciudad y la Asociación de Combatientes.
 
José Alberto Lajes Díaz, presidente de los combatientes de la Asociación de base “Antonio Herrada Pérez” de la zona 89, cuenta cómo hace casi ocho años acordaron enfocarse en la higiene de un área de casi 600 metros desde el edificio Trece plantas hasta la playita junto a otros compañeros y pioneros de las escuelas cercanas.

“Luego, al surgir la iniciativa Por una playa más limpia nos unimos y también realizamos acciones en fechas conmemorativas, pero lamentablemente no recibimos el apoyo suficiente, señala”.

 
Y es que no es menos cierto que mientras unos se esfuerzan por embellecer el entorno a otros parece no importarle. Magalys Menéndez señala que aunque cuentan con la ayuda de todos estos actores sociales, así como de la presidenta del Consejo Popular Playa, Mayra de la Oz, todavía existen muchas dificultades.

“El punto de recogida de la basura del restaurante Bahía permanece en la entrada de la playa, gastronomía no se integra aún al proyecto y no se acaba de crear un grupo que cumpla la función educativa, comunicativa y legislativa en estos espacios de disfrute”.

 
No obstante, ellos no se cansan de luchar por la Naturaleza y cada verano Miguel Ángel y sus amigos recogen el equipo de buceo, niños, jóvenes y adultos del vecindario echan en los bolsos mensajes y carteles, mientras allá en la arena Abel, el instructor de Artes Plásticas, los espera con sus pinceles para dibujar una playa más limpia.



 



















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