martes, 16 de agosto de 2016

Amores que parecen locura

"Que cuando el amor no es locura, no es amor"
                                 Calderón de la Barca

Desanimado y sin rumbo camina por los pasillos, mientras a unos metros otro se queja de las voces que carcomen todo el tiempo sus sentidos y aquel suspira por un cigarrillo para ahogar las penas. La sociedad los llama locos, pero allí en sus pupilas dilatadas y mirada fija, ante la muestra de afecto y atención, casi siempre se descubre un gesto de cordura.

Quizás por eso el colectivo del Hospital Psiquiátrico Docente Provincial Antonio Guiteras Holmes de Matanzas, sabe que el amor es el medicamento más valioso ante cualquier enfermedad y se encarga de ofrecer un servicio integral de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, además de la atención secundaria y especializada a pacientes con trastornos mentales de toda la provincia.

UN HOSPITAL, UNA CASA


Daniel Gamez Cruz, llegó por primera vez a este hospital con una enfermedad crónica. Tres años y tres meses después reside aquí, donde se encarga de la mensajería y aporta su granito al lugar donde recibió abrigo y cuidados.

Fundada el 14 de febrero de 1981 en la Carretera Central Guanábana, la institución cuenta con 147 camas y alrededor de 100 pacientes ingresados, cuyas causas más frecuentes son la esquizofrenia en sus diferentes subtipos, déficit mental con deterioro del comportamiento, dependencia alcohólica complicada y enfermedades del espectro depresivo.

“Hemos ampliado los servicios y ya a la unidad de intervención en crisis, la sala de agudos, de crónicos, de larga estadía, se suman otras que benefician a los trabajadores y a la comunidad como son la de rehabilitación física, podología, medicina natural, fitofármacos, acupuntura y estomatología”, explica el doctor Ángel Guillot Moreno, director de la instalación.

 
Según el directivo en el año 2014 se decidió realizar las primeras acciones constructivas impulsadas por la Dirección Provincial de Salud Pública y el Gobierno Provincial con el objetivo de mejorar la calidad de vida y atención a sus pacientes.

“Comenzamos con la sala de larga estadía de pacientes desprotegidos donde las paredes se filtraban y las columnas estaban fragmentadas. A mediados de 2015 pasamos a la sala C de mujeres crónicas y larga estadía, donde se instalaron calentadores solares y terminamos la impermeabilización del techo, lo que unido a otro conjunto de obras garantizarán el confort”, agrega.

Además de contar con un sistema de quemadores nuevos en las calderas, como refiere Rolando Alonso Guerrero, subdirector, se ejecuta la reconstrucción de dos pasillos exteriores.

 
“Estamos enfrascados en el rescate de la cámara fría, recuperación del mobiliario por iniciativa de la propia dirección del hospital y el mejoramiento de las condiciones del cuarto del médico de guardia y otros locales, además de nuevas proyecciones para el próximo año que deben ser sometidas a aprobación”, refiere Adolfo Rodríguez Lima, jefe económico del centro.

Sin dudas, todo esto mejorará la estancia en el hospital cuyo estado constructivo se encontraba en lamentables condiciones.

“La extensión de dichas obras al resto de las áreas contribuirá a que todos se sientan como en casa y a su vez se beneficie el área de trabajo del personal médico”, manifiesta Yoselín González Montero, jefa del laboratorio clínico con 18 años de experiencia en el hospital.

Las nuevas salas cuentan con pantry, televisor, refrigerador, ventiladores, cuarto de curación, baño propio para la enfermera, mayor número de servicios sanitarios y duchas, así como una habitación de consulta, todo diseñado de acuerdo a las normas internacionales de psiquiatría, por eso las rejas no forman parte de la estructura. 



 

RECOMENZAR

Luego de conocer que cada interno tiene su módulo de aseo personalizado con cepillo, pasta, champú, talco, colonia, calzoncillos y jabones en bolsas confeccionadas por las propias trabajadoras del centro, Arelys Martínez Castro, licenciada en rehabilitación social y secretaria del buró de la CTC explica que casi todos los empleados llevan más de 15 años en este lugar, porque aman la humana labor que aquí se realiza.

Entonces se escucha la voz de Mariela Ravelo, una de las pacientes que irradia alegría y gratitud a través de su música, y allá, no muy lejos de ella se encuentra Lázaro Camacho del Sol, quien ante una esquizofrenia paranoide, se rehabilita en la actividad de floricultura, proyecto que de conjunto con Servicios Comunales ofrece empleo a pacientes con un nivel cinco de rehabilitación y a la vez constituye factor protector por encontrarse dentro de la instalación.

“Escogemos semillas, las sembramos, regamos, y garantizamos las flores de jardín en Matanzas”, comenta Camacho del Sol quien ante la pregunta de cómo es el trato en este lugar no tarda en responder: “¡tremendos médicos y enfermeras!”.

Al cultivo de flores, se suma el proyecto agroecológico que como parte de la ergoterapia inserta a otros pacientes en el área agrícola, donde cobran un salario y contribuyen al mejoramiento de la alimentación a través de la siembra de maíz, frijoles, yuca, calabaza, plátano, frutabomba, etc. De acuerdo con el jefe económico hasta el 31 de julio la producción del presente año había alcanzado los 3568 kilogramos.

Ejemplos como estos, a la par de los cuidados y estudios científicos, revelan otras formas de preservar la salud sin dejar de creer que quienes hoy deambulan por los pasillos del hospital, víctimas de trastornos mentales, merecen también la comprensión y el cariño de quienes les rodean, porque abandonarlos a su suerte sí puede llamarse sin dudas, una gran locura.










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