jueves, 3 de diciembre de 2015

Con una flor en el bolsillo















Esta mañana, en mi recorrido diario hacia el trabajo noté algo diferente. Al salir de la casa vi a Rogelio cortando un príncipe negro para Mayelín, la doctora del barrio. En la parada un grupo de estudiantes de Medicina llevaban gladiolos con tarjetas y Mabel, la enfermera, iba muy arregladita y contenta para el policlínico. 




Batas blancas y felicitaciones me recordaron que este tres de diciembre Cuba celebra el Día de la Medicina Latinoamericana coincidiendo con el natalicio de Carlos Juan Finlay y Barrés, ilustre médico cubano que descubrió el agente transmisor de la fiebre amarilla.

Entonces, como acomodándose en una fotografía, llegaron a mi mente tantos profesionales matanceros que preocupados por la salud de la población han aportado alguna vez sus entrevistas a las páginas de Girón. Aparecen así en dicha instantánea imaginaria doctores como Pablo Rodríguez, Fernando Achiong, Miguel Hernández, Adolfo Valhuerdi, Enrique Peñalver y otros no menos importantes que se han entregado a tan sacrificada labor.

Y es que este tres de diciembre todos tenemos que agradecer a alguien del sector por tantas atenciones y desvelos: a la vecina laboratorista que siente suyo cada padecimiento en el barrio, a la estomatóloga que nos devolvió la sonrisa con el hábil movimiento de sus pinzas o a aquel neurólogo que con cariño examinó a uno de nuestros familiares sin considerar la hora, ni el sueño.

Y cómo olvidar a los miembros del Contingente Internacional Henry Reeve que el pasado año por esta fecha se encontraban en África, más allá de riesgos o escepticismos, para impedir la propagación del virus de ébola.

De esta forma el Día de la Medicina Latinoamericana se convierte en la fiesta del pueblo cubano por la salud donde nunca falta el abrazo o agasajo a quienes trabajan por devolvernos la esperanza y la vida. No en balde este semanario también trae hoy para ellos una flor en el bolsillo.

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