La sociedad actual, regida por las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), ha dado paso a cuantiosos cambios en las diferentes esferas de la vida. Los descubrimientos cada vez más avanzados logran captar la atención del inmenso público mundial mientras ocupan un lugar preponderante en las relaciones humanas.
El espacio virtual adquiere nuevas funciones,
pues, de ser un simple medio para la obtención de información, se convierte en
el soporte donde el hombre expresa opiniones, hace amigos, realiza compras, desenvuelve conflictos y satisface sus
necesidades. Como resultado hoy se habla de ciberespacio, usuarios o periodismo ciudadano. Sin embargo los nuevos términos constituyen,
a penas, uno de los diversos elementos que evidencian la influencia ejercida
por las (TIC) en el ámbito económico, político y social.
Del mismo modo que el desarrollo científico
–tecnológico ha influido en el lenguaje, ha revolucionado el campo de la
información y por ende las rutinas productivas de los medios donde a los
profesionales de la prensa se les hace cada vez más difícil cumplir con los
valores de la noticia. Prominencia, veracidad
e inmediatez cobran un sentido aun mayor
para los periodistas en un espacio donde el profesionalismo deja de
cobrar importancia y el lector cambia su rol pasivo de receptor para
convertirse también en emisor de información.
Nos encontramos así frente a la Sociedad de la
Información donde sus miembros tienen la capacidad de obtener y compartir
información de forma inmediata desde cualquier lugar del mundo. Muchos creen
que esta sociedad puede impulsar el
desarrollo económico, cultural y social
de los pueblos, pero la clave está en la capacidad que tengan los hombres para
saber encausar dicho objetivo.
Sería un error aislar el periodismo
de Internet a pesar de las dificultades que la amalgama de estos elementos ha
generado para los profesionales de la prensa. El ejercicio de la palabra trata
de adaptarse y sobrevivir en un medio donde la prensa adquiere incluso otros
nombres como ciberperiodismo, periodismo
hipermedia o digital.
Con
el desarrollo de dicho lenguaje nacen, incluso géneros propios del medio como
el dossier monográfico, la infografía digital y el reportaje multimedia. El periodismo se renueva a medida que aprovecha otras posibilidades de expresión donde el
espacio y el tiempo no constituyen un obstáculo producto de la
multidireccionalidad y policronismo que caracterizan a Internet.
El periodista de la era digital,
ante un medio en constante transformación,
debe batirse con las armas del oficio ya aprendidas e incorporar otras
para hacer valer su profesión y demostrar que cualquiera puede llevar la noticia,
pero no todos conocen la mejor forma de hacerlo.
Respuestas atrevidas y responsables,
contenidos de calidad que se anticipen a lo que viene, son algunas de las
exigencias de los lectores. Todo esto obliga a los profesionales de la prensa a
buscar alternativas que permitan aprovechar las innovaciones tecnológicas y
ayudar a construir un mundo más justo.
Corresponde al profesional de la prensa enfrentar estos
cambios mediante la redacción atrayente y veraz, que le confieran credibilidad.
Es necesario para ello el estudio, la actualización continua y la capacidad de adaptación
al mismo tiempo que se dejan a un lado los moldes caducos, pero sin olvidar los
valores humanos y la ética.
Así como expresara la periodista Yirmara Torres “el periodismo
hipermedia exige una preparación superior. Engloba en un solo medio todas las
divisiones profesionales que existían hasta hace unos años: derrumba el mito
del profesional de prensa escrita, de radio, de agencia o de televisión y nace
el reportero digital, que debe ser ante todo integral, o periodista, sin
apellidos.”
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