Con siete visitas del programa Rutas y Andares organizado
por la provincia de Matanzas, sin contar las de otras provincias, el Complejo
Cultural de Triunvirato se convirtió este verano en un atractivo destino para
los amantes de la historia.
Fundado por Julián Luis Soler Alfonso entre 1824 y 1831, el Ingenio Triunvirato constituye un tesoro de
la historia matancera capaz de recrear un contexto permeado por la brutal
explotación de los esclavos africanos en contraste con los lujos y abundancia
de los propietarios.
Según los investigadores el nombre del antiguo ingenio se
debe a la unión de los tres hermanos Alfonso Soler que dedicados a la industria
azucarera tenían tierras casi colindantes y Triunvirato era precisamente la del medio.
La propiedad, convertida desde 2014 en el Complejo Cultural
de Triunvirato, no solo conserva las ruinas del barracón de esclavos, la
enfermería y el ingenio, sino que además, gracias a los trabajos arqueológicos
dirigidos por el arqueólogo Leonel Pérez Orozco, exhibe el llamado Tren
Jamaiquino, utilizado en el proceso de elaboración del azúcar y considerado una
joya de la industria azucarera.
Otras de las atracciones del lugar es el mural del artista
de la plástica Wilfredo Díaz. El mismo refleja escenas de la esclavitud en un
trabajo a relieve junto a las palabras de Nelson Mandela, pronunciadas durante
su participación con Fidel Castro en el acto por el 26 de julio de 1991, un
día después de que se inaugurara el Monumento al Esclavo Rebelde.
Por su parte La Casona exhibe en sus salas
objetos de artes decorativas que reflejan la forma en que vivían las familias
del siglo XIX: en la sala muebles de perilla y en el comedor del renacimiento
con un juego de vajillas de losa fina inglesa decorado con panes de oro y un
juego de cubiertos de plata; otros muebles del estilo imperial, dos quinqués,
bomboneras, licoreras, platos de porcelana norteamericana e inglesa, copas de de
cristal de bacará y de bohemia, etc.
Estos elementos y otros no menos llamativos hacen que la
visita al lugar esté llena de sorpresas y hasta misterios, como ocurre con uno
de los trabajos arqueológicos en marcha, donde se comenta, aunque sin certeza
aún, que existió un túnel subterráneo que conectaba el ingenio Triunvirato con
otras tierras. Así es este sitio, un rinconcito de la Isla que pudiera pasar
desapercibido para muchos pero que constituye una página importante de la historia
matancera.
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