Todos estuvieron de acuerdo. ¿Qué objeción podían presentar
ante aquella propuesta? El esplendor cultural de Matanzas en el siglo XIX, le
valía el título a Matanzas de Atenas de Cuba.
Fue aquel 17 de febrero de 1860 cuando el director del Liceo
Artístico y Literario, Rafael del Villar, proclamó la ciudad de los puentes
como La Atenas
de Cuba debido al amplio desarrollo de socio cultural que alcanzó la ciudad por
estos años.
El avance económico de la naciente burguesía, permitió que
durante dicho siglo en la localidad cobraran gran auge las artes y las letras,
la educación y la ciencia. La introducción de la imprenta y con ella la
publicación del periódico La
Aurora, así como la creación de la Biblioteca Pública,
las famosas tertulias delmontinas, el apogeo de instituciones como el Teatro
Principal, la
Sociedad Filarmónica, el Liceo Artístico y Literario y más
tarde el Teatro Esteban, hoy Sauto, convirtieron la vida de la ciudad en un
derroche de conocimientos y apreciación artística.
A todo esto se suman personalidades como Miguel Teurbe
Tolón, José Victoriano Betancourt, Gabriel de la Concepción Valdés
(Plácido), la familia Guiteras, entre otros. Y es que no por casualidad de
nuestras tierras salieron grandes tesoros de la nación como los poemas de
Plácido y la obra “El conde Alarcos”, escrita por el primer dramaturgo cubano
de éxito, que fue precisamente el
matancero José Jacinto Milanés.
Por eso, aunque hoy los matanceros aguarden por la
reapertura del Teatro Sauto y muchos anhelen ese esplendor de antaño, los
matanceros estarán siempre orgullosos de vivir en la Atenas de Cuba.
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