Por:Jeidi Suárez García y Lianet
Fundora Armas
Hoy
hace dos meses que Carlos le pidió una prueba de su amor y desde entonces no ha
vuelto a verlo. Todo sucedió tan rápido, no fue como en las novelas donde las
flores y las velas adornaban el lugar, y las parejas se juraban estar juntos
para siempre. Más bien resultó una cuestión de demostrarle que ya no era una
niña, además él es el muchacho más popular del pueblo…
La
incertidumbre atormenta a Laura mientras espera junto a su mamá en la fila para
hacerse un aborto. La madre no puede creer el giro inesperado que experimenta
la tranquilidad familiar a punto de celebrar los quince años de su hija.
Hace
algún tiempo que Laurita no se sentía bien. Sin embargo, no fue hasta la semana
pasada cuando le comentó que tenía la menstruación atrasada, -¡Claro como tú
siempre estás trabajando, apenas tengo tiempo de conversar contigo!- aquella
frase le estremeció el alma.
El
momento se acerca, la puerta se abre y escucha el nombre de su hija, que avanza
en silencio con el rostro lleno de lágrimas. Un impulso la lleva a tomarla del
brazo y alejarla del salón –Mi niña, no lo hagas, yo voy a apoyarte…- Ambas se
abrazan y desde aquel momento Laura decide asumir la maternidad.
MEJOR PRECAVER…
“Según las estadísticas más recientes las
muchachas se están embarazando a edades muy tempranas y la cantidad de
adolescentes que se realizan abortos también ha aumentado”, comenta
Magalis Chaviano Moreno, directora provincial
de Salud Pública.
Y
es que los números que muestra Inés Díaz Olano, especialista de Registros
Médicos en el Hospital Ginecobstétrico Julio Rafael Alfonso Medina, dejan a
muchos con la boca abierta. “De enero a mayo de 2015, se han efectuado 1381
abortos inducidos, 36 de adolescentes entre 12 y 14 años, 263 en el grupo de 15
a 18 y 62 en el de 19, cifras mucho mayores que las de 2014”, explica.
Sin
dudas, la situación es alarmante. Cada vez son más quienes, errados, ven esta
opción como método anticonceptivo y desechan las verdaderas alternativas que
existen para evitar un embarazo no deseado.
“Nos
preocupa que muchas han venido en varias ocasiones, lo que quiere decir que no
se protegen. No concientizan la necesidad de usar preservativo, no solo para
evitar el embarazo, sino también las infecciones de transmisión sexual, señala
Ángel Puig Vega, director de la institución.
“Además
pueden recurrir a los dispositivos intrauterinos y a los métodos hormonales
entre los que figuran las tabletas anticonceptivas, los inyectables y los
implantes, agrega”.
POR UN CAMINO DE
INSEGURIDADES
Ante la noticia de un embarazo no planificado varios factores
golpean a los jóvenes: el temor ante un mundo desconocido lleno de
responsabilidades, la negativa a interrumpir los estudios y la presión de los
padres. Sin
embargo, aunque no es menos cierto el cambio que trae consigo la etapa de
gestación, la mayoría no valora los riesgos de las interrupciones.
“Este
grupo etario no está preparado para asumir la maternidad y la misma les puede
generar trastornos en los estudios, familia, economía, etc., pero el aborto no
constituye la mejor vía ya que puede dejar huellas imborrables desde el punto
de vista psicológico y biológico, alerta Lianet Abreu Monzón, psicóloga del
centro.
“Creen
que se les acaba el mundo, pero no comprenden que mantener relaciones
desprotegidas representa una puerta abierta a las enfermedades y eso sí es un
problema. Por otra parte, el mayor porcentaje de pacientes que atendemos en las
consultas de infertilidad confiesan haber acudido al aborto en otro momento”.
Armando
Avellaneda González, jefe del departamento de Legrado del hospital, señala: “La
interrupción voluntaria del embarazo a través de la introducción en la vagina
de tabletas de Misoprostol puede generar síntomas como fiebre, escalofríos,
dolor, sangramiento, vómitos. Se expulsa con una o varias dosis o finalmente se
realiza aspiración de la cavidad uterina y se realiza el seguimiento por
ultrasonido.
“Otro procedimiento es el quirúrgico que se realiza
raspando o legrando la cavidad uterina. Estos métodos son a ciegas y con
frecuencia traen consigo infecciones, hemorragias, retención de restos,
perforaciones uterinas, histerectomía (vaciamiento), complicaciones
anestésicas, infertilidad y la muerte. Mientras más se repitan mayores son los
riegos.
A
partir de su trabajo por algún tiempo en dicho servicio, María de Lourdes Díaz
Morales, licenciada en enfermería afirma que las adolecentes pueden sufrir más
consecuencias que las adultas, porque sus órganos no están preparados para tal
agresión. “He visto casos de apenas 15 y 18 años, que a causa de infección
postinterrupción, han perdido el útero y es que a veces ni siquiera hacen el
debido reposo físico, ni sexual”, resalta.
DE ESPALDAS AL SALÓN
Dar
un paso atrás cuando ya se ha escogido la senda más corta, casi siempre resulta
difícil para quienes dentro de varios meses se convertirían en madres. Pero, en
esta institución un equipo multidisciplinario no se da por vencido y hace
realidad cada lunes el Día del Adolescente.
De
esa forma, antes de someterse al procedimiento requerido, las muchachas reciben
charlas educativas donde se les explica los riesgos que corren, los cambios que
se producen en esa etapa de la vida y se da lectura al consentimiento
informado, documento que debe ser firmado por la propia adolescente, sus padres
y el especialista.
“Sin
el consentimiento de la paciente no se puede proceder, pero hemos presenciado
cómo ciertos progenitores influyen tanto que las llevan a aprobar la interrupción.
Incluso, después del conversatorio algunas se han marchado y la semana
siguiente regresan decididas a abortar.”, destaca Abreu Monzón.
No
obstante, algunas como Aivis Díaz Soler y Rosaura Ajete Marín, confiesan que
aunque no lo buscaron, asumen con alegría la maternidad y cuentan con el apoyo
de su pareja y seres queridos.
El Día del
adolecente surgió hace más de cinco años como parte de una campaña nacional por
la planificación familiar, teniendo en cuenta la complejidad del desarrollo
psicológico durante esta etapa, donde la educación y apoyo de los tutores
desempeñan un papel primordial; por eso el doctor Román Domínguez Dorta junto a
un equipo multidisciplinario del centro, hacen de cada lunes espacio idóneo
para la reflexión.
El inicio
de las relaciones sexuales a edades tempranas, los cambios constantes de
pareja, la insuficiente comunicación con los miembros de la familia, son
problemáticas que deben convertirse en centro de atención para que las
adolescentes vivan esta etapa de cambios sin cometer errores que marquen para
siempre sus pasos, o le impidan disfrutar a plenitud el regalo de la vida.
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