Aquel 5 de abril de 1772, el navegante holandés Jacob Roggeveen,
descubrió una Isla que desde entonces ya no pasaría desapercibida para la
humanidad. Se trataba de la Isla de Pascua, una tierra desértica de origen
volcánico, con 55 kilómetros de
circunferencia.
Esta isla es catalogada como la tierra más aislada del mundo, pues se encuentra a 4000 kilómetros de
Tahití y a 3800 kilómetros de Chile, país al que pertenece. La misma posee casi
seiscientas estatuas de piedra llamadas "moai”, de cuyo origen se desconoce.
De las estatuas, más de cien se mantienen en pie, mientras las otras yacen
sobre la
tierra Algunas alcanzan la altura de una casa de tres pisos y pesan más de 60
toneladas. Representan hombres de largas orejas, grandes ojos (que
originalmente tenían incrustaciones de piedras de color) y piernas muy cortas. Todas
están desnudas, salvo por las decoraciones que presentan alrededor del estómago
Según
algunas investigaciones las estatuas fueron esculpidas de un modo tan simétrico
que, cuando se puso a algunas de pie, quedaron en un equilibrio perfecto.
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