El reloj indica las ocho de la mañana y Mayra
Guerra Castro, acompañada por un grupo de seis residentes comienza su consulta sobre
uno de los temas que más preocupan a adolescentes y jóvenes:
“La piel es nuestra tarjeta de
presentación ante el mundo, por ello todos queremos tenerla intacta, pero para
lograrlo desde la más mínima lesión necesita atención”, asegura la especialista
en Dermatología y deja abierto el espacio para el intercambio.
Siempre distinguida por una charla inicial el
último jueves de cada mes, la cita ofrece la oportunidad de desmentir mitos y obtener
información actualizada sobre el acné.
HABLEMOS
DE ACNÉ
Desde el 23 de octubre de 2016 la Clínica Ernest
Buchmam (conocida por Los Alemanes) ubicada en el Consejo Popular Playa, acoge
cada vez a más interesados en enfrentar esta enfermedad inflamatoria crónica
caracterizada por la formación de comedones, pápulas,
pústulas, nódulos
y cicatrices, que aparecen
principalmente en la cara y parte superior del tronco.
“Aunque surgió como una iniciativa
territorial, recibimos a personas de todas partes con el objetivo no solo de
tratarlos, sino de capacitarlos, educarlos para que puedan evacuar sus dudas,
experimentar la adecuada cercanía médico- paciente y lograr mejorías”,
manifiesta Guerra Castro.
“Existen alrededor de 10 clasificaciones,
pero nosotros nos adherimos a la mexicana que lo divide en acné leve, moderado
o severo, inflamatorio o antinflamatorio”, agrega.
Extendida por todo el mundo, esta enfermedad
afecta principalmente a individuos entre 12 y 24 años, siendo la más común
entre los jóvenes. El 85% de los adolescentes se ve afectado por tal condición
y algunos la mantienen durante su vida adulta.
Factores climáticos, dieta y herencia pueden
influir en su aparición, mientras la higiene y forma de enfrentamiento
condicionan en gran medida las consecuencias.
A ello se suma la psiquis capaz de actuar sobre
la piel y condicionar su apariencia en dependencia del estado de ánimo del
individuo, de ahí que además de la sapiencia y dulzura, la sonrisa aderece
siempre las consultas de esta doctora.
Pero Ismael Hernández Gil, especialista en
Medicina General Integral, señala también la existencia de algunas patologías
endocrinas asociadas a los cambios hormonales producidos en la pubertad y que
pueden provocar el acné o favorecer su desarrollo.
Por ello, junto a Mayra y sus estudiantes,
este galeno conforma el equipo multidisciplinario que cada mes busca brindarles
el tratamiento oportuno con un mayor enfoque integral del paciente.
ENTRE PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿Los piercing y tatuajes pueden influir también en el acné?-pregunta
uno de los jóvenes en el auditorio, ante cuya interrogante Erick Díaz
Fernández, residente de Dermatología recuerda el aumento de bacterias aparejado
a la presencia de tales elementos.
La
exhortación a cerciorarse si están en manos de alguien acreditado antes de
someterse a tratamientos particulares de peeling o limpiezas de cutis, contesta
otra de las inquietudes; mientras, Ana Mary Marrero Mesa, también residente,
enfatiza en la necesidad de usar protector solar facial de nueve a seis de la
tarde con protección de 30 e ingerir abundante líquido.
“Existen
gérmenes que viven en el cuero cabelludo, por lo que resulta importante
disminuirlos por día mediante el lavado del pelo para lograr la debida salud
cutánea”, agrega Víctor Manuel Narváez Morales, residente mexicano
autofinanciado que incluso aporta medicamentos traídos de su país para ayudar a
los pacientes.
¿Y qué
de los tratamientos naturales? Pues según este equipo, no benefician por igual
a todos, la miel por ejemplo, puede irritar la piel si se aplica de forma
directa.
La atención médica, unida a la
responsabilidad de no pellizcar o tocar las lesiones y una dieta baja en azúcar
y grasa, constituyen aspectos fundamentales a tener en cuenta para combatir
dicha patología.
A ello se suma el papel de la familia y los
amigos, quienes han influido de manera positiva en el tratamiento de Daymí
González Hernández: “Desde los siete años padezco de acné. He notado grandes
avances luego de acudir a esta consulta y recibir mayor apoyo de quienes me
rodean”, confiesa.
La
joven, estudiante de octavo grado en la secundaria Generación del Centenario
sugiere a quienes como ella lo padecen que no se dejen guiar por las burlas, “por
el contrario deben poner empeño en la
solución, con la certeza de que no por eso son inferiores o menos amados.
Por su parte Niurka González Rosales, madre
de otro paciente, reconoce la valiosa experiencia y la labor de la doctora, cuyas
explicaciones llegan a todos; y Brian Álvarez Gálvez, de quince años resalta la
preocupación de este grupo que incluso elabora una historia clínica para cada
caso con el objetivo de garantizar su seguimiento.
El reloj marca las doce y Daiymí, Niurka,
Brian… se marchan con la decisión de cumplir cada consejo, sin olvidar la
paciencia y perseverancia que requiere el proceso. Agradecen así a estos
médicos, porque en sus corazones arde ahora una nueva chispa de esperanza.
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