miércoles, 30 de noviembre de 2016

Inicia hoy traslado de las cenizas del Comandante Fidel



 En rememoración al itinerario de la Caravana de la Libertad en enero de 1959, inicia este 30 de noviembre el traslado de las cenizas de nuestro Comandante Fidel Castro hasta la provincia de Santiago de Cuba, recorrido que concluirá el día 3 de diciembre. 

Como llegaran aquella noche del 7 de enero a la ciudad de Matanzas, Fidel y sus hombres cual grito de victoria y justicia, este miércoles arribará a la cabecera provincial el cortejo fúnebre del  líder histórico de la Revolución Cubana donde el pueblo le rendirá tributo. 

Tras la llegada del cortejo a Santiago de Cuba el 3 de diciembre, tendrá lugar ese propio día a las 19:00 horas un acto de masas en la Plaza “Antonio Maceo”, que será seguido por la ceremonia de inhumación a las 07:00 horas del día 4 de diciembre en el cementerio de “Santa Ifigenia”.

Colón y Cárdenas son otras de las paradas que hizo la Caravana en 1959 en la región matancera, en la primera para conversar con el capitán Julio O. Chaviano Fundora, dejado por el Che al frente del Regimiento No.4, en espera de Fidel y en la segunda para visitar la casa de José Antonio Echeverría, donde el Comandante abrazó a la madre del mártir, a sus familiares y acudió al cementerio para depositarle flores y rendirle homenaje. 

El acto que cerró el recorrido de la Caravana de la Libertad hace 57 años se desarrolló en Columbia, La Habana y terminó alrededor de las dos de la madrugada del 9 de enero de 1959. Allí vibraron las palabras de Fidel.


"Mientras el pueblo reía hoy, mientras el pueblo se alegraba, nosotros nos preocupábamos; y mientras más extraordinaria era la multitud que acudía a recibirnos, y mientras más extraordinario era el júbilo del pueblo, más grande era nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba".

Este 3 de diciembre su voz será más audible que nunca cuando el pueblo santiaguero se reúna para honrar al hombre cuya obra no puede borrar la muerte.


lunes, 28 de noviembre de 2016

Fidel entre luces y aguaceros



El sábado en la noche comenzó a llover en Matanzas. El precipitado curso del aguacero por las calles dejó una estela de recuerdos. La ciudad calla y allá bajo el techo del cuartel convertido en escuela unas manos acarician la foto de Fidel.

“Murió”-dice con asombro alguien que pasa, pero Amanda se enjuga las lágrimas y recuerda lo que afirmó esta mañana la maestra: ¡Los hombres como él viven para siempre!

En el hospital Pediátrico una madre lo menciona al tiempo que agradece por la operación de su hija; mi vecina Milagros disimula hasta que, escondida en un rincón de la casa, rompe en llanto; y en el trabajo otra amiga vuelve a decirme que le parece mentira.

Entonces, intento sin éxito recordar la primera vez que escuché su nombre y entre el amasijo de fechas o lugares, lo descubro atado a mi pañoleta, en el primer poema aprendido y hasta en aquellas noches de vigilia cuando mima me contaba cómo su papá  repartía bonos del movimiento 26 de julio para apoyar la lucha encabezaba por Fidel en la Sierra.

Regreso luego a las tierras de Birán hasta toparme con su foto en la que, con apenas tres años, llevaba una rosa blanca en el bolsillo y un libro bajo el brazo. Vuelvo a encontrarme frente al pupitre que ocupara como oyente desde septiembre de 1930 hasta 1932, o ante su imagen desenfadada junto a un grupo de jóvenes del último año de bachillerato en el Colegio de Belén.

Imagino su voz enérgica aquel 16 de octubre de 1953 en su alegato de defensa durante el juicio por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Como un atrevido juego de palabras coloco su nombre junto al del Martí en aquellas palabras: “Pero vive no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la Patria”.

Esta mañana el rostro de Fidel ocupa las páginas de todos los periódicos y los cubanos confiesan el dolor de la inesperada despedida. Su ausencia duele en la mirada esperanzada de los campesinos, en la memoria de los médicos internacionalistas, en los ojos agradecidos de Elián…en las vísperas de otro enero de victorias. La Caravana de la Libertad esta vez pasa cargada de juramentos, congojas, pérdidas. Y aunque el pueblo firma su compromiso de honrarlo, todavía en Matanzas sigue lloviendo.









 








viernes, 11 de noviembre de 2016

Cáncer de mama: Cuando los años no borran la esperanza

La paciente Zenaida Mancha y su nuera agradecen la atención recibida por el doctor Miguel Hernández y el resto de los especialistas.






¡Llegar a viejo! Una siempre escucha esa frase lejana hasta que se incrementan los achaques y todos repiten: “lo que te duele es el almanaque”. Entonces, contemplas otra vez tu rostro en el espejo resignándote a pensar que la edad es la emisaria de todos los males.
Pasan los días y el dolor aumenta, pero luego escuchas a alguien decir que no es así, que los años no constituyen un elemento privativo para el tratamiento y eso te devuelve la esperanza.



A pesar de las garantías que ofrece el sistema de salud cubano a las personas mayores, todavía persisten en la sociedad algunos mitos sobre la atención a estos pacientes. Sin embargo, la realidad de ciertas matanceras diagnosticadas con cáncer de mama rompe los esquemas.

ROSTROS DE OPTIMISMO

“Siéntate muchacha, que te voy a contar mi historia”-repite con orgullo Leonila Fernández Elisea, vecina de la calle Las Mercedes en Pueblo Nuevo, Matanzas. “Tengo ciento dos años y estoy viva, sí. Después de la operación no me he sentido más nada…”.

El doctor Miguel Hernández Menéndez, Jefe del Grupo Provincial de Mastología y profesor consultante, fue quien la operó hace cerca de veinte años. A partir de estas y otras experiencias el galeno comenta:

“Hoy en día se plantea el tope de la existencia de un individuo entre los ciento veinte y ciento veinticinco años. Por lo tanto, al tratar el padecimiento de forma adecuada, quizás le estamos brindando a la paciente la oportunidad de perdurar mucho más”.

Hernández Menéndez afirma que la longevidad no resulta una condicionante para la intervención quirúrgica, sino algunas enfermedades como las cardiovasculares y la diabetes mellitus, pero aún así el primer paso ante cualquier sospecha es acudir a las consultas especializadas.



“A tiempo todo tiene remedio”, afirma Zenaida Mancha Menéndez, quien vive en Coliseo y con setenta y tres años fue operada la semana anterior. Su nuera Madelaine Hernández Rodríguez, cuenta cómo todos los familiares estuvieron de acuerdo con que entrara al salón para resolver lo más pronto posible su problema.

MIRADAS DESDE LA CIENCIA

El cáncer de mama constituye una de las enfermedades con mayor incidencia en Cuba, lo que unido a los elevados índices de envejecimiento poblacional y el incremento de la esperanza de vida demanda la preparación del sistema de atención al paciente.

De acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud (2015), el número de defunciones por cáncer de mama en el sexo femenino ascendió ese año a 1544, 27.4 de la tasa por 100 000 mujeres.



En aras de contribuir a la disminución de estos indicadores y bienestar de la población, trabajan en conjunto especialistas en Citopatología, Mastología, Oncología, Imagenología, Geriatría y Anestesia.

“A pesar de la edad biológica, existen quienes fenotípicamente parecen ser más jóvenes y eso depende mucho de la comorbilidad, es decir, los padecimientos que tengan. En correspondencia con ello, las ancianitas también pueden ser sometidas a operación, quimioterapia, radioterapia y hormonoterapia”, destaca la doctora Edanny Medina Carabeo, especialista en primer grado de Oncología.

Mientras, Enélida Matos Abrahan, María Cristina Martí y Nereida Estorino Escaig, especialistas en Imagenología del Hospital Provincial José Ramón López Tabrane, explican que a partir de los cuarenta años se realizan mamografías por orientación del médico a las pacientes con dolor o alguna sospecha y se les da seguimiento, sin importar la edad, porque todas tienen derecho a ser tratadas.



A unos metros del departamento de estas profesionales, trabaja Magaly Dorta Robaina, especialista en primer grado de Anatomía Patológica quien explica: “A veces los familiares tienen miedo de someterlos a una cirugía por temor a que no la toleren, pero aunque no todos los casos son iguales, lo recomendable ante una lesión maligna es el tratamiento quirúrgico”.

Y es que como dijera Amparo Costa Méndez, jefa del departamento del Adulto mayor, Asistencia Social y Salud Mental en la Dirección Provincial de Salud Pública, no podemos ver la edad como un obstáculo, aún cuando aparezcan algunas limitaciones o discapacidades.



Por lo tanto, más allá de las canas, realizarse el autoexamen, ingerir alimentos nutritivos, evitar el consumo de alcohol o tabaco, hacer ejercicios y buscar el diagnóstico temprano ante cualquier anomalía, resultan premisas esenciales para preservar la salud. Al fin y al cabo “llegar a viejos” no es sinónimo de enfermedad, sino de otra nueva oportunidad para defender la vida.



Cuando un hombre sabe a dónde va