martes, 17 de noviembre de 2015

Luchar como amazonas, cantar por la esperanza












 











 
Hace varios meses Mariela palpó una pelotica en su seno derecho, pero como no sentía dolor se rehusó a acudir al médico. El otro día alguien le dijo que los tumores malignos se propagan en silencio y luego puede ser demasiado tarde para combatirlos, pero ella asfixiada bajo el peso de la vorágine diaria no encuentra tiempo para una consulta.

martes, 10 de noviembre de 2015

El tortuoso camino de las reliquias del hotel El Louvre (Segunda Parte)








Interior del hotel El Louvre donde se observa parte de los muebles

que permanecen abandonados. Fotos: Ramón Pacheco




Autores: Gabriel Torres, Jéssica Acevedo, Jeidi Suárez y Yeilén Delgado
“Había muebles muy antiguos, recuerdo que los cuidaban mucho, no dejaban sentarse a dos personas juntas. También, lámparas y una vitrina que no se abría nunca, con una vajilla preciosa. Después abrieron un mercadito, pero todo se fue destruyendo, hasta que lo cerraron”, relata Mirtha Martínez, vecina del hotel El Louvre.
También llenos de nostalgia y de indignación por el deterioro del inmueble y sus reliquias, a través de una carta a este bloguero, Alfredo Comas García y Manuel Concepción, cantineros y especialistas de servicios gastronómicos del hotel entre 1992 y 1999, lamentan lo ocurrido en el inmueble. Ellos recuerdan “las numerosas ofertas que, en muchas ocasiones, nos hicieron visitantes, ya fuera por uno de sus cuadros famosos, una hermosa estatuilla o un reloj de época de los que allí se conservaban, y siempre dijimos: no… con qué tristeza hemos visto desaparecer un arsenal de riquezas que eran patrimonio de esta ciudad”.

TRAS EL PATRIMONIO PERDIDO DEL LOUVREEn busca de respuestas a la onerosa pérdida de lo que antaño convirtió al hotel en uno de los más bellos de Cuba, acudí a las oficinas del Grupo Empresarial de Comercio y los Servicios. Allí me atendió Edilberto Suárez Vázquez, su director, quien ocupa el cargo hace solo cuatro meses. Alegó desconocer lo acaecido en la instalación, aunque se mostró colaborativo y con deseos de esclarecer el suceso: “Esta es una situación extraordinaria, y si depende de nosotros, trataremos de ofrecer una respuesta”.
Un funcionario de la Empresa Provincial de Establecimientos Especiales y Servicios Gastronómicos (EPEESG) –a la cual perteneció administrativamente la instalación– que trabajó en El Louvre durante el año 2013 declaró a este bloguero varios asuntos inquietantes.
“Tras su cierre como hotel en 2005 se utilizó como mercado. El lobby y el restaurante fueron los espacios para ese fin, y en la parte trasera se usaron áreas para almacenes y una pequeña oficina. Al nombrarse un administrador en el 2013 aquello estaba en terreno de nadie. Cuando asumió la Empresa, allí vivían personas y la edificación estaba en grave peligro. ¡Existían árboles dentro!”
Cuando inquirí por la situación antes de ese año obtuve respuestas preocupantes: “después del 2005 se corrió el rumor de que el local pasaría a Turismo, pero creo que no fue así, y el Sectorial de Comercio se desentendió, no existió una indicación clara, nadie se preocupó, y el local quedó a la deriva”.
Esta situación la confirma Nilo Álvarez Ruiz, director de la EPEESG desde abril de 2013 a diciembre de 2014: “Días antes de asumir se convocó, por parte de la prensa, al director del Grupo, Jesús Martínez Rojas, para que explicara qué había pasado con El Louvre en los años anteriores. Allí se supo que no existía administración, y que el inmueble se hallaba totalmente abandonado, sin protección de ningún tipo. Antes de asumir como director de la empresa, no existía claridad en el Grupo de a quién pertenecía el inmueble, si a nosotros o a Turismo.”
De acuerdo con el directivo, la causa fundamental de lo sucedido allí fue la falta de control que existió con los medios básicos, no solo en su empresa, sino en el sistema empresarial y de la administración pública. “De inmediato pudimos nombrar un administrador, colocar dos custodios, limpiamos el local y contabilizamos lo que existía dentro del inmueble para informar a Patrimonio”, concluye.
PERO, ¿Y LO QUÉ SE HA PERDIDO?
“Cuando cerraron, llegaron unos camiones, creo que de Gastronomía Especializada, y se llevaron las cosas, dijeron que para conservarlas, no sé qué destino tuvieron”, comentó Mirtha Martínez, una de las vecinas entrevistadas. Este hecho lo admite Álvarez Ruiz: “La EPEESG invirtió más de 20 mil pesos en labores de limpieza, recogida de escombros y tala de árboles, cuando cooperativas no agropecuarias y otras brigadas estatales nos pedían más de 150 mil. En esas labores, trasladamos los bienes existentes hacia un almacén para su resguardo y posteriormente los regresamos al local, tras conocer las regulaciones de Patrimonio, que nos prohibían tal proceder”.
Tras mucho indagar, tocar puertas y recibir evasivas, este periodista pudo obtener varios datos que, ofrecidos por personas de bien que aún sueñan con disfrutar de una Matanzas más bella, argumentan lo sucedido en la histórica edificación.
En base a un inventario realizado en agosto de 2003, El Louvre era poseedor de 286 piezas patrimoniales, inscritas en el Registro Provincial de Bienes Culturales, repartidas entre artes decorativas, esculturas, pinturas y dibujos. Parte de ellas –más de 92 piezas- se perdieron antes del 2009, época en que el local permaneció sin resguardo, y otras se encuentran en pésimo estado de conservación, destruidas parcial o totalmente. En la actualidad, según los documentos obtenidos, el valor total de lo extraviado –en CUC- asciende a más de 19 mil pesos.
Inquiriendo por el destino de estas piezas, las partes aún no logran ponerse de acuerdo. “Hay objetos localizados que están en manos de personas de Comercio encargadas de su protección, los tienen en unos almacenes, ya los fuimos a ver, muchos de ellos necesitan restauración porque se encuentran muy dañados y otros se han destruido con el tiempo”, nos dice Leonel Pérez Orozco, conservador de la ciudad de Matanzas.
Mientras que Suárez Vázquez y funcionarios del Grupo Empresarial de Comercio y los Servicios aseveran que hasta hoy en sus almacenes no cuentan con piezas procedentes de El Louvre. Solo aseguran mantener en sus dominios varias lámparas de techo y cuadros destruidos, que al parecer, proceden del hotel Yara.
Algunos de los documentos emitidos en el 2010 relacionan la desaparición de los bienes con tareas constructivas o de mantenimiento; pero ante el dilatado periodo de abandono, ¿quién asegura que no se aprovecharon tales circunstancias para robarlos? Quizás nunca lleguen ante la justicia quienes se enriquecieron mediante el saqueo de esas piezas, ni se sepa qué hogares cubanos o extranjeros lucen las añejas reliquias, de las cuales un día todos los matanceros fuimos dueños.



¿RENACERÁ EL LOUVRE?

Leonel Pérez Orozco, conservador de la ciudad, refiere que “hay un proyecto para el rescate de los hoteles de ciudad, por parte de Cimex y Turismo. Se salvarán aquellos que tradicionalmente tuvo Matanzas en su entorno urbano”. El Louvre va a ser restaurado en su totalidad y se convertirá en una filial del Hotel Velasco, con el área habitacional más grande, bar y restaurante, imitando la apariencia original”.

También se incluirán los hoteles Las Delicias, Yara y París. “Se debe iniciar su recuperación a principios de 2016, para que en 2017 ya estén reparados, y se inauguren”, señala.


UNA PEQUEÑA MUESTRA DE LAS RELIQUIAS DEL HOTEL EL LOUVRE DESAPARECIDAS…
Pieza Cantidad/ Grado de valor Tasación en CUC
Pintura “Naturaleza Muerta”, de Gil García 1/G.V.II 1000.00
Mesa 6/ G.V.III 650.00
Mosaico 3/ G.V.II 500.00
Copas 38/ G.V.III 1395.00
Platos de porcelana 54/ G.V.III 2194.00
Gavetero 1/G.V.II 1500.00
Frutero 6/G.V.III 760.00

























jueves, 5 de noviembre de 2015

El tortuoso camino de las reliquias del hotel El Louvre (Primera Parte)


 

Autores: Gabriel Torres, Jéssica Acevedo, Jeidi Suárez y Yeilén Delgado 
Cruza la pierna con un movimiento brusco mientras se lleva a la boca otro cigarrillo, el sexto que fuma mientras espera a Valentina. Como cada año, habían acordado verse de nuevo en el hotel El Louvre; mas, esta vez su lugar de reencuentro no abrió las puertas para recibirlos.
Cuentan algunos que ese día Marcelo estuvo hasta altas horas de la noche sentado en el Parque de la Libertad, en la ciudad de Matanzas, con la esperanza de volver a verla y la congoja de contemplar en ruinas su acostumbrado nido de pasión y sosiego.

Un sentimiento similar experimentan los hijos de esta ciudad de puentes y poesía, cuando descubren la desnudez de dicho inmueble, cuyo abandono y deterioro en nada se asemejan a la belleza y esplendor de antaño.


Cuando un hombre sabe a dónde va